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martes, 19 de febrero de 2013

SINESTESIA



Yo que he jugado de pequeña con los sonidos de las gárgolas cuando miraba con recelo las imponentes fachadas de las iglesias.

Yo que un día hice un zumo de nubes y escuché el canto sumergido del mar bajo las rocas.

Yo que probé los sabores del odio, la venganza y el asedio por haber nacido hija de Afrodita.

Yo que con los dedos de mis manos modelé a mis amantes de viento.

Asumo que la palabra de las flores es el único lenguaje que conozco, que curé mis heridas con la baba de un caracol albino y que he blandido una espada de arena con la que derroté a los demonios salados en las playas nudistas de Gades.

Os recuerdo que mi cuerpo está al alcance de todos los que amen desde la ternura, pues mi cuerpo es el de un ángel que ha vivido, ajeno, en las cornisas invisibles de otro tiempo,no muy lejano pero imperecedero.

Un ángel cuyos labios observan cómo los besos que no se dan se convierten en espinas, que escucha el crujir del fuego en el iris blanco de su mirada y acaricia el sabor de la muerte en las lenguas ajenas de sus semejantes.

Si no fuera por que este mundo es una promesa de la infancia que algún Dios hizo a su hijo, si no fuera porque el vientre de la Tierra cobija a las generaciones venideras.

Sí, si no fuera porque el tiempo se ha estancado sin que nadie lo supiera, yo nunca hubiese adivinado que la vida es el deseo cumplido de un viejo que soñó, un buen día, que las estrellas eran ojos de gato y los planetas ovillos de lana.

Lástima no haber tocado el sol, no haber sentido la llama en los labios ni visto los aromas de lavanda y violetas reflejados en vuestros rostros.

Un colibrí asoma entre las aguas, parece que una ballena blanca ha resucitado.



sábado, 16 de febrero de 2013

LO QUE NADIE NOS CONTÓ




Imagina un campo abierto.
Un sistema binario de sentidos hacia dentro, hacia fuera. Dos atardeceres diarios.
Imagina que existiese un charco de agua del que brotasen ranas a la velocidad de doce mil ranas por segundo.
¿Entiendes ya por qué no soy príncipe ni tú princesa?
Ahora imagina la historia de una tribu de pigmeos.
Sí, digamos que los pigmeos adoran a una diosa que un buen día bajará de los Cielos y le construirán un palacio en el interior más profundo de un árbol ancestral.
Cuenta la profecía que de sus ramas brotarán copos de nieve mediada la primavera.
Joven diosa del invierno, manzanas heladas sus mejillas.
Finalmente, imagina una caja de vidrio que refleja el rostro de una niña.
Diríamos que es la transparencia de una niña de apenas quince años cuyo perfil asemeja al de un niño de unos quince años.
Si cambiásemos la caja de posición, ocurriría a la inversa: un niño de apenas  quince años cuyo perfil asemeja al de una niña de unos quince años.
Si esa caja tuviese un eje sobre el que rotara a gran velocidad, aparecería la imagen de un hombre y una mujer  de unos treinta años,  cuyo rostro no sabríamos precisar a qué sexo pertenece, pero se besan bajo una frecuencia de sesenta besos por milésima de segundo.
¿Entiendes ya por qué Rubik guardó su secreto en el interior de un cubo mágico?
¿Comprendes ahora por qué nunca nos contaron la verdad sobre las cosas importantes?

viernes, 15 de febrero de 2013

NOLI ME TANGERE


           
Escucha.

Ahora que escuecen las palabras, que el tiempo abrasa nuestros días y los sueños se han mimetizado y apenas forman parte del imaginario que cualquier serie de ficción norteamericana nos pueda ofrecer.

Ahora que las sábanas las remienda el viento que entra por la ventana al amanecer, a falta de otras manos, del tacto cálido de otras manos capaces de coser los pequeños agujeros por los que se filtran mis pesadillas, noche tras noche.

[Quisiera acariciar la corona de la Estatua de la Libertad, que las yemas de mis dedos sean atravesadas por sus dientes, porque el dolor de Manhattan fue el dolor  del Universo.

Yo sé que en Manhattan las nubes bajan a besar el suelo todos los días, el cielo de alquitrán que separa lo que podemos tocar de aquello que ya jamás tocaremos.

Iremos a morir a Central Park, junto al recuerdo de John Lennon.

Iremos a morir a Hyde Park, donde las ardillas llevarán nuestros féretros y los cisnes danzarán en torno a nuestros cuerpos desnudos para acompañar la ridícula orgía de los huesos.

O mejor, vayamos a morir a orillas de La Garonne, allí, entre las rosas y anaranjadas puestas de sol, desparramando nuestros violáceos cuerpos rendidos al ocaso.]

Ahora que parece que he despertado del letargo, que las horas han surtido efecto y que he soñado cómo moríamos juntos, encerrados en la misma nuez, en la misma concha y bajo el mismo sol.

Ahora sé que cuando nuestros cuerpos se toquen por primera y última vez reconoceremos la pureza, bañaremos nuestros cabellos en las mismas tibias aguas y gozaremos del amor en círculos concéntricos que, poco a poco, con el paso de las primeras lluvias, se convertirán en pequeños globos que nos alzarán a los Cielos.

Escucha, escucha la melodía de esta canción que te estoy tocando con esta guitarra de madera de palo santo que heredé de mi abuelo.

Escucha, escucha cómo tarareo nuestros nombres llegando al estribillo.

¿Has visto cómo tu piel se ha erizado al cantar la última estrofa? ¿Reconoces mis manos acariciando las cuerdas de la guitarra?

¿Las quieres tocar? ¿Las quieres tocar?







jueves, 14 de febrero de 2013

I


Quizás estemos abocados al abismo,
en cualquier caso es luz oscura.

El trabajo de cada día,
su lóbrega rutina.

Las horas encerradas
simulan un tiempo que sabemos perdido,
un tiempo muerto.

El reloj al que estamos presos
necesita de un nuevo horario,
un nuevo día.

Es hora de olvidar nuestro pasado
en este instante.
                                     Parteluz.

jueves, 7 de febrero de 2013

DECÁLOGO



1. Amamos a XXXX sobre todas las cosas. Buscamos en las calles y esquinas, indagamos en las miradas y encontramos posos de amor escondidos.

2. No tomarás el nombre de XXXX en vano. Plegarias incumplidas. esperanzas y sentimientos frustrados, multitud de miradas celestes en el vacío.

3. Santificarás las fiestas. Borrachos de deseo en un festival de carne, polvo y paja. Bajo vestidos de nácar y conchas yacen sus discípulos.

4. Honrarás a tu padre y a tu madre. Las entrañas aún latentes, unidos al cordón umbilical de la víscera, al calor de la sangre y la hipoteca.

5. No matarás, a pesar del deseo de venganza. En las calles la injusticia esculpe la piedra en epitafios de jóvenes y antiguas quijadas.

6. No cometerás actos impuros. En cualquier parque la primavera es una fuente cuya agua se desliza por los labios, riega nuestros sexos.

7. No robarás. Deshilachadas carteras murmullan la envidia, corrosivas miradas esconden un deseo, castigados por no tener nada, desiguales.

8. No dirás falsos testimonios ni mentirás. Las sucias comisuras de sus bocas tejen una falsa promesa provocando un mar de cicuta ensalivada.

9. No consentirás pensamientos ni deseos impuros. No hay sábanas que escondan el columpio de unos cuerpos que se mecen, que incendian la piel.

10. No codiciarás los bienes ajenos. Cuanto más observa la noche a la mañana o el sol a la luna mayor es el deseo, a pesar del Universo.